Cada año, la tuberculosis acaba con la vida de 1,5 millones de personas en el mundo. Su tratamiento es eficaz, pero largo. Numerosos pacientes lo interrumpen antes de su finalización, por lo que aumenta el riesgo de recidiva y favorece la emergencia de resistencia al bacilo responsable. La prioridad de los investigadores es reducir la duración del tratamiento. Un equipo del IRD y de varias instituciones internacionales acaban de publicar en el New England Journal of Medicine los resultados de 10 años de ensayo clínico llevado a cabo en cinco países de África bajo un protocolo más corto. Este revela, no obstante, menos eficacia que el tratamiento convencional. Los científicos continúan sus investigaciones de alternativas medicamentosas, y se apoyan para ellos sobre la vasta red de competencias desarrollada durante este ensayo clínico, el primero desde hace más de 30 años.